miércoles, 29 de septiembre de 2010

Tropecientos por ciento...



























Eva





martes, 28 de septiembre de 2010

Cosas de otro mundo...



Ayer casi me da algo cuando leí la noticia de que la astrofísica malasia Mazlan Othman iba a ser  designada como embajadora de Naciones Unidas para el Espacio. 

En mi cabeza, ya me estaba imaginando a esta señora malasia vestida como una princesa Leia, recibiendo a seres de todos los colores y formas que podamos imaginar en la entrada de la sede de Naciones Unidas en Nueva York. E incluso estaba ya pensado en lo preocupados que debían de estar los que se encarguen del catering en estos eventos de Naciones Unidas, porque sí ya de por sí ser anfitrión es difícil, por el permanente intento de agradar a todo el mundo, imagínense ustedes para tales huéspedes, venidos del espacio, y sin saber que ponerles, si unas ensalada de brotes frescos o unas tuercas. 

También pensaba ya en el follón que iban a ser las comparecencias en la Asamblea General de tal organismo, imagínense el jaleo para los traductores, los pobres, aprendiendo a marchas forzadas las lenguas de esos planetas tan lejanos, e incluso ya me imaginaba a un futuro presidente del gobierno de este país haciéndose una foto con tan extraordinarios seres, porque lo de hablar con ellos, lo voy a dejar de momento en manos de los traductores, que si hasta ahora a todos los presidentes de este país se les ha resistido el inglés, no los vamos a poner en el brete de saber lenguas de los confines del universo. Pero cuando todo esto ya estaba en mi cabeza, llego el chascó. Resulta que se ha desmentido la noticia, nos hemos quedado sin embajadora para el Espacio. Vaya por Dios. Ahora por lo menos, podrán dedicar la partida presupuestaria prevista para estos asuntos espaciales, a cosas banales de la Tierra como la pobreza, el hambre, la mortalidad infantil, o que se yo.

Aun así, la que casi se convierte en embajadora ha declarado lo siguiente, según se recoge en el Daily Telegraph "La constante búsqueda de comunicación extraterrestre mantiene la esperanza de que la humanidad pueda recibir sus señales algún día. Cuando lo hagamos, deberíamos tener preparada una respuesta coordinada que tenga en cuenta todas las sensibilidades relacionadas con esta cuestión, y la ONU es un mecanismo especialmente diseñado para tal coordinación". Pobre, yo creo que le había hecho ilusión el cargo y se ha quedado chafada, pero bueno, por lo menos mantiene la ilusión de que pronto podamos recibir las señales de extraterrestres. Esto me deja mucho más tranquila y con la oreja atenta por sí oigo alguna señal a no mucho tardar. En lo que le quito un poco la razón es en que la ONU sea el mecanismo adecuado para llevar a cabo las reuniones con estos señores de otro mundo, porque tal y como les va en  los  asuntos de aquí, como la consecución de los Objetivos del Milenio, no sé si los asuntos espaciales le van a venir grandes, aunque bueno quizá para entonces, alguien ya haya hecho realidad a los Avatar de James y sean ellos quienes nos puedan resolver la papeleta.

Y como último apunte, también algo paranormal, quiero contaros que en Bélgica, hay un árbol centenario que publica su “estado” en Facebook y en Twitter. Ahí es nada. Y lo digo porque tiene cien años, no por su condición de árbol. Pero ya ven, no se ha quedado atrás en lo de las nuevas tecnologías. Y para los incrédulos, aquí le dejo la página web en la que pueden contactar con él y así pueden ustedes mismos comprobar que el tío tiene una buenísima conversación. Ya me contarán como les ha ido, por si acaso practiquen antes con alguna lechuga o coliflor que tenga a mano, no vaya a ser que llegado el momento tenga problemas para entenderse con él, y si ese es el caso,  no se desanimen, que tiene bastante don de gentes, sino miren en el facebook, el tío tiene casi seis mil amigos. Yo incluso me atrevería a ponerlo en contacto con la Sra. Othman, la de las Naciones Unidas, quizá pueda formar parte en un futuro de su equipo de colaboradores para la cuestión extraterrestre. Porque ya hemos visto que los árboles tienen su carácter, no se olviden de los ejércitos de Ents en el Señor de los Anillos. Bueno esto ha sido todo. Me voy a dar una vuelta por mi pequeño universo.

Eva


lunes, 27 de septiembre de 2010

Agotadas las tallas normales....


Esta última semana he leído un par de noticias sobre los gordos y gordas, como diría nuestra ministra de igualdad, tan empeñada en confundir el género lingüístico con el sexual, y he estado pensando sobre ellos, los gordos. Sobre quienes hablan de ellos en forma de pandemia global y quienes lo hacen desde un punto de vista estético.

Empezaré por los gordos de la pandemia. Esa palabra de significado tan alarmista y tan de moda, que incluso nos lleva a  utilizarla, en muchos casos a la ligera. Ya no sólo la utilizamos para referirnos a pandemias contrastadas como fueron por ejemplo la peste negra y la gripe española, también nos sirvió para calificar a la gripe A,  aunque luego se quedase en nada, bueno en casi nada, si descontamos el enriquecimiento farmacéutico.

Así que en primer lugar, me parece demasiado precipitado hablar de una pandemia de obesidad. Para empezar es una pandemia pero sólo de países ricos, porque en contra de lo que sucede con los virus, la gordura, ni viaja en avión ni se contagia con los estornudos, ni nada parecido.  Además, esta nueva amenaza  sólo es endémica en el hemisferio norte, lo cual reduce mucho su radio de acción, para alivio de los que pasan hambre en el sur. Y en esta lógica de ricos, el África Subsahariana y otros muchos lugares del planeta, donde se sufre la desnutrición y el hambre, éstas no son calificadas como pandemias en ningún titular, sólo como un Objetivo del Milenio. Lo cual me da que pensar, y no para bien.

Pero como acostumbramos a mirarnos mucho el ombligo, el hambre en África igual es menos pandemia que la gordura en los países ricos, porque mientras que para ésta última, los estudios hablan del coste no sólo personal, en un riesgo mayor de enfermedades para los obesos, sino que también se fijan  en el coste social, y más concretamente, en el sanitario. Lo que me lleva a una primera reflexión. Quizá el hecho de que en los países pobres el hambre mata, pero los desnutridos no gastan recursos del estado, les otorga a estos que pasan hambre otra dimensión, quizá más paternalista y con una pizca de remordimiento desde nuestra condición de gordos del norte, cuando pensamos en lo aquí sobra, y lo que allí falta. Sin embargo, la visión con la que se percibe aquí a esos vecinos gordos irresponsables es otra, no aplicamos una postura paternalista pensado, -pobres, fíjate, lo que dicen los señores de la OMS, estos gordos de la pandemia se van morir antes de la cuenta por ser una concentración de grasas saturadas- sino que nos sale la vena economista, y pensamos rápidamente en que  le ocasionan un gasto extra a nuestras partidas presupuestarias para sanidad. Así pues,  llego a pensar que el problema de esta pandemia es la economía, lo cual me resulta tremendamente cruel.

Según las cifras cada vez somos más gordos, comemos peor y somos más sedentarios. Pero eso también depende de dónde miremos. Vayamos a un caso práctico, en Nueva York, capital del mundo globalizado, y dónde esa pandemia tendría un buen caldo de cultivo, se puede constatar, que los gordos están más presentes en las aceras de Harlem  que en las de la quinta avenida, lo cual me lleva a pensar que igual son los pobres de nuestras sociedades ricas quienes sufren este mal.

Aquí mismo, en la España pre-crisis,  hubo una campaña que decía: “Come cinco verduras y frutas frescas al día” que así dicho es un eslogan fenomenal y lleno de sentido común, pero claro quizá se les ha olvidó añadir por políticamente incorrecto y por pura obviedad: “si puedes permitírtelo”. Comer bien es caro, y eso lo sabe cualquiera que vaya carrito en mano al supermercado, y el dinero también limita lo que comes y lo sano que es, y ahí los pobres de nuestros países ricos, salen perdiendo y van engordando.

Dicho esto, el otro día vi el documental Food Inc, y me asusta pensar en lo que comemos, yo que me crié en un pueblo de esos que van camino de desaparecer, donde se honraba a San Martín y se hacía la matanza,  nunca vi que los filetes de aquellos cerdos soltaran agua en una sartén al freírlos,  ni que los huevos de una tortilla fueran descoloridos, de un amarillo que parece viejo. Pero ahora la necesidad del  ya, hace que todo esté disponible en cualquier fecha del año aunque no sea la temporada tradicional para consumir un determinado alimento, y eso tiene su parte negativa y poco saludable, e  incluso he sabido que en algún convento de monjas, de cuyo nombre no quiero acordarme, las gallinas se ven sometidas a ritmos de producción como si estuvieran en una fábrica industrial. Ver para creer. 

Por otra parte somos sedentarios, señalan estos estudios, lo cual es otra obviedad. Tenemos la tele, la wii, la play, y todos los medios de transporte a nuestra disposición,  porque para eso somos los más industrializados y lo hemos inventado todo. Pero tal situación provoca  la paradoja de que en muchas ocasiones en lugar de aprovechar para hacer un ejercicio cotidiano, como ir andando al trabajo, preferimos suplirlo con los gimnasios, que en estas sociedades tan hedonistas,  tienen un toque más chic, donde va a parar.
Una persona mayor, de esas que se crió sin estas pandemias de gordos, y que me atrevería a decir que incluso pasó hambre, decía allá por la década de los noventa una cosa simple y llena de sentido común, que resume perfectamente nuestro cambio de vida: “Yo no sé qué médicos son los de ahora, antes cuando estabas malo te mandaban reposo y ahora te mandan andar”. Y así hoy podemos ver en cualquier pueblo o ciudad, ejércitos de paseantes por prescripción médica. 

Y ya por último, en estos estudios, hablan del riesgo especial de los jóvenes y los niños, para los que se prevé incluso que descienda la esperanza de vida, respecto a la generación que les precede por ser cada vez más gordos. Y vuelvo a mis recuerdos. Yo todavía fui de esa generación de niños que jugó en la calle, en la que un palo servía de espada, y los árboles estaban para subirse a ellos. Pero ambas cosas hoy serían difíciles, lo de la espada porque te acusarían de ser un niño violento y que pone en riesgo la integridad su pares, según un estudio cualquiera, y lo de los árboles, aún peor, porque seguro que hay ordenanzas que castigan este comportamiento incívico en las ciudades de este país.

Así pues, tengo la sensación, de que muchos niños de hoy, no saben jugar a nada si no tienen unos mandos de algo entre las manos. La calle ha desaparecido en muchos sitios como un lugar de recreo, y es aún pero en las grandes ciudades,  dónde los niños o se quedan en casa o los que viven en la “urba” se entretienen y juegan en esos espacios perfectamente homologados para los más pequeños, con todo hecho con los materiales, medidas y diseño adecuado. Y no sólo así los hacemos gordos, sino más inútiles, menos intrépidos, menos capaces de desenvolverse ante lo desconocido y menos imaginativos. Y sólo hace falta oír a alguna madre, cuando los niños llegan al pueblo, que antes de que se vaya a jugar, le da una serie de consejos y advertencias al muchacho, que parece que lo vaya a enviar a la guerra de Vietnam. Cuando las oigo, tengo la duda de si sería conveniente agradecerle a alguien el hecho de haber sobrevivido a aquella época de mi infancia, en la que hacíamos cosas que hoy serían juzgadas casi como salvajes, e incluso estaríamos al borde de ser protagonistas de algún estudio psicológico, pero no, porque no hubo más riesgo que una tirita y mercromina,  y la única secuela de aquellos tiempos son los recuerdos felices.

Y luego está la gordura estética, esta semana leí la noticia de una joven de diecisiete años, que con una talla cuarenta, se proclamó ganadora de un concurso de modelos de tallas grandes. Así que en ese momento me paré a pensar que yo estoy en el límite, con mi talla 38 de Inditex, de convertirme en una talla grande y gorda. Ahí es nada. Hecho que me dejo estupefacta y con la duda de si comer lechuga el resto de la semana, o engullir un bote de Nocilla para combatir mi estado de ánimo al  reconocerme tan de repente casi gorda, según lo que acababa de leer. Y también me viene a la memoría Javier Gurruchaga, cuando cantó aquello de "ellos las prefieren muy, muy gordas, gordas, gordas, super gordas, gordas de apretar". Ahí querido, he de decirte que fuiste poco visionario viendo a lo que hemos llegado.

No me extraña que los gimnasios estén en auge como instrumentos capaces de democratizar la belleza ante la necesidad de no abandonar los estándares actuales. En esta tiranía de la imagen, uno no puede luchar contra caprichos genéticos como la estatura, pero al menos se puede “machacar” en esas salas capaces de convertir a todos los cuerpos en el mismo, igual para todos, con ese canon de belleza prefabricada que se consigue corriendo en la cinta y mancuerna en mano.

Sin embargo, el  extremo que busca la perfección del cuerpo de acuerdo a los modelos de las revistas, el que utiliza la belleza reconstruida, en base al botox y la silicona, en ocasiones tan enfermizo como la obesidad no preocupa como pandemia, a pesar de que cada vez hay un número mayor de usuarios que también ponen su vidas en riesgo por la necesidad de ser socialmente guapos. Quizás, esto no sea problemático porque no lo cubre la seguridad social, y no me gusta ni que se me haya ocurrido la idea. El hecho de que cada vez el bisturí se use más para corregir imperfecciones que no casan con la estética actual, y que esté no sólo bien visto sino que incluso se le atribuya  cierto glamour, por el hecho de ser capaz de hacer que todo el mundo tenga los labios de Angelina Jolie, y sólo por eso, hacerles creer que son un poco más “estrella” de esta sociedad que tanto apuesta por las alfombras rojas y los flashes me hace pensar  en las Señoritas de Avignon, tan feas y tan bellas. Y me quedo más tranquila.

Pero esta es la sociedad en la que nos ha tocado vivir, y lo gordo no se lleva, no está de moda. Pero no se preocupen porque esto es cíclico, porque ya ven lo que gustaron en otra época los rechonchos, como muestra de lozanía y buena salud, y sino echen un vistazo en los museos. Y es que el marketing, la moda y la economía a menudo mezclan lo gordo con lo insano sin más, a pesar de que haya flacos con unas analíticas que puedan asustarnos y modelos que parecen cadáveres andantes.

En esta ocasión como en otras tantas que necesario sería aplicar aquello de que la virtud se encuentra en el término medio. Así que ya saben, ensalada y verduritas para los días de diario y un poco de chocolate para las fiestas de guardar.

Eva


viernes, 24 de septiembre de 2010

Un hemiciclo verde y rosa...


Cuando todavía faltan dos años para las próximas elecciones generales, moción de censura mediante, ya empiezan a aparecer los que pueden ser los nuevos y pequeños partidos, que intentarán e incluso pueden llegar a conseguir sentar a algún representante en el Congreso de los Diputados. Este último, por cierto, me pareció ayer en unas imágenes que estaba prácticamente vacío, y eso que fue el día de la Ley de Economía Sostenible, pero bueno, supongo que excepto en el momento de apretar el botón, sus señorías estarían el resto del tiempo de la sesión parlamentaria,  haciéndose cargo de sus menesteres fuera del hemiciclo,  lo cual no es nada novedoso, pero espero que no llegue el momento en el que ya se envalentonen nuestros diputados y copien a sus homólogos rusos.



¿Habéis visto que video tan ilustrativo? Ahí los tenéis aplicando el “por mí y por todos mis compañeros” como cuando de pequeño corrías como un sputnik hacia la pared para salvar a todos los que se habían escondido fatal.

Pero a lo que íbamos, los primeros que pretenden entrar en el zafarrancho político son según aparece en la prensa Equo, hoy todavía fundación, pero con la  pretensión de hacerse mayor y convertirse en un partido político verde. Estos partidos, tan fuera de la lógica bipartidista y nacionalista de este país, han tenido poco peso en nuestra historia democrática, sin embargo, en países como Alemania sí que han sido una fuerza política relevante, llegando incluso a participar en el gobierno desde finales de los años noventa. Sin embargo en estos momentos, el que fue el gran baluarte de esa conciencia verde en Europa, ha retrocedido en las urnas y está de capa caída respecto a épocas anteriores.

Y lo segundo que he visto hoy, y que me ha dejado con los ojos como platos, es que Belén Esteban, según un sondeo realizado por Sigma Dos, si hubiera unas elecciones mañana mismo, se situaría como tercera fuerza política de España. ¿Cómo se os queda el cuerpo? Esto es ver para creer.  Y en nada ya veo  a Telecinco, influido por su cercanía a Italia, haciendo suya  esa política tan de modelos y pasarela. Incluso es posible que no tarden mucho en poner la maquinaria en marcha, y que podamos ver a la de San Blas dando mítines en todos los mercados y pueblos de este país. Y no sé si reír o llorar.

En fin, que así estamos y todavía nos faltan dos años, yo estoy impaciente por ver cómo queda la cosa. Creo que para las próximas generales nos va a hacer falta más de una jornada de reflexión. Mañana más. 

Eva

jueves, 23 de septiembre de 2010

Prohibido cicatrizar...

Me cansa profundamente la memoria histórica tal y como está planteada. Y me hastía porque tengo la sensación que lo único que se consigue con ella, es seguir avivando rencores del siglo pasado con fines de rédito político. Esta semana se ha podido leer la siguiente noticia. Y se vuelve a hablar de represión, de vidas truncadas, de luto. Y se vuelve a la gresca.

No creo que seguir apilando muertos en la memoria colectiva de este país sea productivo. Los manuales de historia, las hemerotecas, el cine y la fotografía, por poner sólo algunos ejemplos, son valiosas herramientas, capaces de trasladarnos a esa guerra fratricida. A través de ellos podemos estudiarla, comprenderla, no olvidarla. Porque al final durante esos tres años de enfrentamiento todos los españoles perdieron, todos fueron víctimas, desde el instante en el que todas las diferencias se pagaban con sangre.

Así que yo quiero, que cada uno esté amparado para recuperar a sus muertos si así lo decide, pero en la intimidad, sin bombo y platillo, sin revancha. Yo, que tuve una bisabuela viuda de un muerto enterrado en una fosa común, he de decir que ella me enseñó mucho más, con su poco rencor y su mucha inteligencia, que estas memorias históricas que se desarrollan entre el fuego cruzado de los artículos de opinión de los periódicos patrios y las declaraciones de nuestros políticos.

Mariano y José Luis, deberían de ser los primeros en saber que la vida está llena de paradojas y de encuentros y desencuentros. Ya ven, quien les iba a decir a Rajoy a Zapatero que iban a ser enemigos, y casi íntimos, cuando ambos fueron alumnos del mismo colegio de monjas de León y compañeros en el mismo patio de recreo. Es además una lástima que no hayan heredado esa “muy buena relación” que según Rajoy tuvieron sus padres, cuando corría la década de los sesenta y nuestros líderes de hoy, paseaban en pantalón corto por alguna calle leonesa como Ordoño, sin tan siquiera saber colocar en un mapa ni Ferraz ni Génova, cuando no eran nada más que dos chicos de provincias.

Pero volviendo a lo de antes, estos señores del PP y del PSOE que se han postulado como defensores y detractores de la tan traída y llevada Ley, lo tendrían crudo con mi bisabuela, ella nunca dudó en decir que era de Adolfo Suárez, que para eso con él cobró su primera pensión, defendía. Ya ven, así de claro lo tenía. Y aquello era indiscutible, y no le preocupaba que Adolfo hubiera tenido un pasado franquista, lo que le importaba y valoraba eran los pasos que dieron él y la sociedad de aquel momento, en busca de una reconciliación. Lo que quería era algo más pequeño, más cotidiano y menos político. Quería tener unos duros, y perdón por anacronismo, para comprarles algo a sus nietos. Y le importaba el ahora y no maldecir sus desdichas. Ella aprendió todo del pasado y quería mirar al futuro. 
Se me ocurre que si Adolfo no estuviera sufriendo esa enfermedad que le ha devorado sus recuerdos y a la que dedique el último post, y si mi bisabuela tampoco nos hubiera dejado, ambos podrían darles a a Mariano y a José Luis unas lecciones sobre cómo gestionar esta memoria histórica que se traen entre manos. Y no conozco el ímpetu de Adolfo, pero no dudo que ella lo consiguiera, y además con poco aspaviento, así se las gastaba, era dura y frágil, obstinada y flexible, inteligente y dulce. Era un buen ejemplo. Ojalá ustedes la hubieran conocido.

Eva


martes, 21 de septiembre de 2010

Bicicleta,cuchara, manzana, olvido...

Hoy es el día internacional del Alzheimer, y aquí os dejo un video del documental que se acaba estrenar en el Festival de Cine de San Sebastián llamado Bicicleta, cuchara, manzana.




Esta cruel enfermedad,  devora tus recuerdos y te deja con una maleta vacía de pasado. De repente un rayo de luz, un recuerdo, al momento la frustración de haberlo perdido. Al final uno acaba sintiéndose extraño de sí y de las cosas cotidianas que le rodean. Y sigues viviendo y sigues desorientado.

 En algún momento te das cuenta de que un día todo desaparecerá, y será difícil que puedas reconocerte sin saber quién fuiste. Entonces antes de que llegue ese día, te apresuras, entre ratos de malhumor y días de esperanza en revivir tus vivencias más íntimas, siempre con la duda de que esa pueda ser la última vez.

Mientras tanto, las familias de estos enfermos,  que como diría Benedetti, se introducen para siempre en un túnel o destino que no se sabe dónde acaba, se aferran al presente, a la vida, esquivando la llegada de ese día feroz  en el que te acerques a él, a tu compañero, a tu padre o a tu amigo y con ojos ausentes te pregunte quien eres.

Eva

lunes, 20 de septiembre de 2010

Entre tontones y teutones...



Ayer los sindicatos declaraban en su gira, que parece que Toxo y Méndez se hayan convertido en el Dúo Dinámico, que están con el ministro y con los mineros, que es como querer estar en misa y repicando. Estos sindicatos, si no me traiciona la memoria, un día fueron incluso obreros, y es por ello que quizá y aunque sólo sea por el que dirán, deberían de estar un poco más cerca de los de la funda que del ministro, pero claro con lo que suponen las subvenciones del estado para estas asociaciones ¿obreras?, habrán pensado que está feo morder la mano que te da de comer.
Dicen que es impresentable lo  de no pagar, pero después de esto callan, y ahí es donde llega el ministro a lo Robin Hood amenazando con quitar el dinero que han recibido quienes ahora no pagan. La intención desde luego es buenísima, pero claro del dicho al hecho hay un trecho, y este ministro no debe de saber con quien trata, así que para que se haga una idea, le doy un dato. A pesar de que uno de estos empresarios, de los que ahora han cortado el grifo, ya facturaba varios millones de euros anuales por sus empresas mineras allá por la década de los noventa, tuvo la desfachatez de declararse insolvente en disputas familiares, así que, si actuaba así con los de "casa" que no hará con los de fuera. Esto Sr. Ministro, se lo digo en confianza, no vaya a ser que luego tengamos un disgusto.

Por otro lado, y ya que usted tendrá muchos y buenos contactos, me gustaría pedirle Sr. Ministro que investigue que ha pasado con los Fondos Miner, porque yo que debo de ser  muy suspicaz, y me huelo que parte de ellos han quedado por el camino, ya sabe, por aquello de que siempre hay alguien dispuesto a trincar, y que no se han empleado pero que nada bien.  Y claro si mis sospechas son ciertas y con lo que se tenía que reconvertir no se hizo nada yo le pregunto ¿Qué va a pasar ahora?

Ahora eso sí, pasando hambre y viviendo bajo tierra salimos en el "parte" que dice mi abuela, y es que la cosa está montada así, como no cobrar no parece ser suficiente para llamar la atención de nadie, hay que hacer las cosas a las bravas, porque mientras tus problemas no están en televisiones y periódicos no existen. El otro día incluso pensé que igual que cuando Aminatu Haidar estuvo pasando hambre por su causa, corrieron hacia allí actores, literatos y políticos, muchos ya debían de estar a punto de hacer las maletas para ir a acampar a Ponferrada, claro que luego dándole más vueltas, pensé que quizá ser Saharaui tiene más glamour que ser minero y que quizá, está más de moda el palestino al cuello que el casco y el foco en la cabeza, pero bueno no hay que desanimarse que las tendencias siempre son una incógnita.

Y mientras seguía dándole vueltas a todo esto apareció como una luz la noticia de que ahora estamos en manos de Alemania, país pecador igual que España que subvenciona su carbón. Acto seguido pensé que lo mejor sería mandar una delegación a Berlín con cecina, botillo y unas buenas botellas de vino, que seguro que los buenos de los alemanes sabrían apreciar, y así ponerlos de nuestro lado, ya que ese señor de la moncloa, y por cierto también leonés, ¡Qué paradoja! ni se inmuta al ver como su tierra, y las de los alrededores están a verlas venir. Quizá los alemanes sean nuestra esperanza, ¡Quién nos lo iba a decir! Y cuando ya estaba ilusionada viendo el fin de nuestros males, pensé en el mundial, que ustedes pensarán que no viene a cuento, pero les explico. En las semifinales ganamos a aquellos gigantes teutones, y en ese momento mientras todos gritábamos gooool, nadie podía imaginar  que nuestro futuro como comarcas mineras estaría en sus manos, y quizá ahora no nos ayuden por rencor futbolero. ¡Qué  incertidumbre! Aunque bueno pensándolo mejor, estos alemanes son de los que ponen los puntos sobre las íes, y como también son parte de este tinglado minero, presumo que no van a perder este tren sin más, que para algo son la locomotora de Europa.
Pero como las cosas están revueltas, yo por si acaso ya tengo listas mis camisetas, la negra de carbón y luto, y la  blanca por si llega el momento del alivio.

Eva


domingo, 19 de septiembre de 2010

¡Extra! Grandes titulares....


Ahora que se acaba la semana me he puesto a repasar algunas de las noticias de prensa que he leído estos días, y es tal el despropósito de varios titulares que no se ni por dónde empezar. Pero aplicando la jerga taurina "valor y al toro".

Empezaré por ese titular de periódico que anuncia otro mazazo para la ciencia, titular. Resulta, que ahora que nos habíamos propuesto cambiar nuestro modelo productivo para caminar por la senda de la sociedad del conocimiento y del I+D e incluso +i, va y llega el tijeretazo presupuestario y como consecuencia hasta salimos en Nature. Aunque bueno más que llega, yo diría que continúa, nada de invertir en esa gente encerrada en laboratorios investigando sobre cosas banales, para qué. Pero además, me quedo boquiabierta al leer en algún periódico lo siguiente: "España va a perder una generación de científicos” vaya, han estado agudos en semejante reflexión, pero yo voy más allá, así de osada soy, no es que los vaya a perder, es que los ha perdido históricamente véase al Sr. Severo Ochoa, pero lo que es peor, los sigue perdiendo, yo misma conozco a algunos investigadores que cansados de becas y más becas se fueron, y eso incluso antes de la crisis y sus recortes, así pues la cruda realidad es que nuestros cerebros mejor amueblados trabajan para otros que sí pueden y quieren aprovechar su excelencia. Además, incluso me atrevería a decir que este país no sólo perderá científicos, sino a muchos más profesionales asfixiados por nuestro sistema productivo y un mercado laboral que ofrece unos trabajos como para echarse a llorar. Somos así, desaprovechamos y frustramos cada día a un buen grupo de profesionales de toda índole, a los que obligamos a emigrar o a desistir. Pero para acabar este párrafo en positivo he de decir que sigo confiando en el ingenio humano, entendido éste en el mejor de sus sentidos. Ojalá no me equivoque.

Y cuando todavía no había digerido la noticia anterior y  llega el siguiente titular,aquí. Como no teníamos bastante con todo lo que está cayendo, nos hemos convertido en el país de la UE con el mayor paro juvenil, los datos dan escalofríos, pero todavía se puede ir a peor cuando se lee que además somos quienes más empleo destruimos para este segmento de población, y como no tenían bastante también los hemos convertido en parados de larga duración, y para acabar este festival de datos catastróficos resulta que alrededor del 14% de los jóvenes españoles entre 15 y 24 años son ni-nis, vamos que no hacen nada. Así que como diría mi abuela esto es el acabose. Y no sólo eso, es un desastre absoluto para este país, para esta sociedad que permite que su futuro esté en riesgo y que castiga a los que intentan seguir adelante con el mileurismo. Con esta situación estamos poniendo en juego nuestro bienestar a medio plazo y que ya de paso consentimos que nuestros jóvenes caminen con paso firme hacia la exclusión social. Esta realidad debería de sonrojarnos y hacernos conscientes de nuestro fracaso colectivo. 

Pero los jóvenes no son los únicos que están a verlas venir, el siguiente titular habla de las familias de este país y su empobrecimiento paulatino, o lo que es lo mismo, su pérdida de poder adquisitivo noticia. A tenor de los datos de este año y de los que se vaticinan para el futuro, es normal que el low-cost se haya convertido en el modelo perfecto para seguir haciéndonos creer que podemos permitirnos tener una vida de ricos pero hecha a medida de pobres. Me preocupa, y mucho que esta sociedad se vaya a convertir en un cascarón de nuez a la deriva. Si las clases medias, tal y como las entendíamos en el marco de la dialéctica de la sociedad de clases, se adelgazan y pierde su “virtud” del término medio, dejando de aglutinar a una mayoría social ni rica ni pobre, estaremos poniendo en riego las conquistas sociales conseguidas bajo el modelo de los Estados del Bienestar y los servicios más elementales como educación, sanidad y pensiones, pueden quebrase en un  futuro próximo. Parece lógico pensar que al hablar de progreso social nos referimos a la conquista, aunque lenta, de nuevas metas que mejoren nuestra calidad de vida, pues bien, a tenor de los datos, estamos ante una involución. Aunque quizá la percepción de esta situación es tan difusa, porque nadie habla claro. No existe un atisbo de protesta social, e incluso los sindicatos, que históricamente han luchado por los derechos del trabajador, están cada vez más “aburguesados”, por seguir con la dialéctica de clases, e incluso miopes como para reflexionar sobre este run-run. A mi juicio, quizá deberían de pensar, y mejor pronto que tarde, sobre una cuestión. Está muy bien ir a Rodiezmo, y seguir siendo ¿obreros?, pero hoy además de los trabajadores de cuello azul, aglutinados en un término que detesto como operarios, están los otros, los de cuello blanco, quienes lentamente han cruzado la línea hacia el estatus tradicional del obrero a juzgar por la precariedad e inestabilidad de sus trabajos, así como, por la remuneración de sus salarios. Porque yo me pregunto, ¿un ingeniero que trabaja más de diez horas en una consultora y es mileurista, es también obrero? Probablemente sí. Pero todavía hay un desajuste monumental entre las dialécticas históricas y las reales, y mientras dure, las que pierden son estas últimas.

Intentando encontrar todavía un noticia capaz de alegrarme la jornada sigo buscando, pero mira tú por donde lo siguiente que encuentro igual o peor que lo anterior, la destitución de la directora del CIS, titular. Parece que los datos derivados las encuestas, realizadas por el CIS y que afectaban al gobierno, que para más señas es su “jefe”, no contentaban al ejecutivo, y entonces en un arranque más propio de un niño al que le ha dejado de gustar su juguete y lo rompe, han decidido cortar cabezas, lo cual, dicho sea de paso no sé si se ha hecho con la doble intención de, por una lado dejar claro que al “jefe” siempre hay que contarle sus bondades aunque sean falsas, lo cual es desde todo punto de vista delirante, y por otro lado servir de aviso al resto de navegantes de los diferentes organismos autónomos, agencias y etc., sobre la necesidad de su buen comportamiento. Claro que bien pensado, como a todos estos cargos se llega, además de por méritos profesionales, por otra vía más común, el dedo que te señala como el elegido, la consecuencia es que quien te alzo al olimpo es el mismo que cuando lo considere te descenderá a los infiernos. Pero vaya por delante, que estas prácticas de perretas, me parecen tan impresentables, que ya le dan a uno la certeza, de que este u otro gobierno, no quiere saber lo que opina de él la sociedad y por tanto hacer el esfuerzo de mejorar, si no mantener su fuerza político-electoral de cara a la galería utilizando los instrumentos de poder que en cada ocasión tienen al alcance de su mano. En fin que todo esto es muy democrático y honesto. Ver para creer.

Y en este despropósito colectivo, donde para los españoles, los políticos constituyen el tercer problema de este país, que solo dicho así ya acojona pensar que quienes deberían de solucionar nuestros problemas sean considerados un problema en sí mismo, ahora resulta que no satisfechos con su rollo macabeo de aplausos y circo frecuente en el congreso, algunas organizaciones como SOS Racismo los acusan del aumento de sus mensajes xenófobos noticia. Este titular, no hace más que mejorar mi borrachera ante tantas buenas nuevas, porque vamos como el refrán, de mal en peor, resulta que sus señorías buscan el voto con argumentos populistas y xenófobos, cojonudo, esto sí que es de una inteligencia superior, pero en idiotez. Eso sí, nuestros políticos siempre a la vanguardia, no vaya a ser que alguien viendo cómo está el panorama en Europa, los vaya a tachar de estar chapados a la antigua en estas cuestiones. Y a seguir enredando la madeja, ahora que Sarkozy ha abierto la veda con los gitanos, que Europa no sabe y no contesta, resulta que desde el PSOE ponen el grito en el cielo por las aventuras francesas, pero sin saber los pobres que mientras Zapatero sea el que al fin y al cabo le aprieta la mano a Sarkozy en cumbres Europeas o del mundo o del universo, le va a dar la razón al inquilino del Elíseo, por otro lado, y para no ser menos o quedarse atrás, Rajoy hace sus pinitos en Melilla, así pues, parece claro que esto de la raza, la diferencia, y el conflicto entre nativos y migrantes va a estar de moda por lo menos hasta la colección primavera/verano del 2011. Y es que el voto es el voto. ¡Qué panorama!


Y como en temas mundanos y terrenales el percal tiene tela, viene el representante de Dios en la tierra a darnos otra alegría, y va Benedicto XVI y se reúne con víctimas de abusos sexuales véase aquí.  Y no contento, en otro acto de valentía ha expresado en una misa, la "vergüenza y la humillación" que siente por los abusos a menores cometidos por sacerdotes. Y digo yo, que para seguir con el refranero a este no le vendría mal aquello de “a buenas horas mangas verdes”. Yo no soy una erudita en cuestiones religiosas, bueno aunque a decir verdad no lo soy en nada, pero si al Dios de los católicos, de repente le da por aplicar sus poderes y viene aquí a ver los comportamientos de algunos de sus “hijos” se va a volver a morir sin necesidad de crucifixión ni de amigos como Poncio Pilato. Entiendo que ovejas negras hay en todas partes, pero esto de barrer para debajo de la mesa para que no se vea la mierda está muy feo aunque vistas de blanco y seas el mismísimo papa. Y lo de predicar con el ejemplo, y acabar con tanto cura depravado debe de dar pereza en el Vaticano, lástima que no se les haya olvidado que tal cualidad es considerada en sus libros como un pecado capital. Amén.


Y como ya uno se cansa de este festival de noticias deprimentes, abre la sección de Deportes, y es cuando de repente, me reconcilio con el mundo al ver a Nadal mordisqueando su tropeo del Open de EE.UU. Me encanta este chico, debería de ser objeto de estudio en los colegios de este país, porque representa es humildad impropia de los tiempos en los que vivimos, el reconocimiento al esfuerzo y al trabajo, y no el ser famoso por cuatro revolcones con cualquiera, porque tiene halagos para sus rivales y porque éstos, aun cuando deben de sentir todavía el horrible dolor de la derrota, corren por la pista para abrazarlo y decirle que es el mejor del tenis en este momento. Así que ¡olé por ti Rafa!


Eva

sábado, 18 de septiembre de 2010

¡Qué vuelvan los humanos!...



Voy a odiar a Camarón de la Isla y hasta las cuatro estaciones de Vivaldi por culpa de esos números de teléfono capaces de transformarse desde el primer "pi” en máquinas capaces de sacarte de quicio y convertirte en una persona bipolar a lo Jekyll y Mr. Hyde. Marque uno si quiere....marque dos si desea.....marque el ochocientos si ....Y de repente, te descubres a ti mismo en el sillón, fumando como si mañana se fuera a dejar de fabricar tabaco en el mundo, gritando al vacío -¡Quiero hablar con una persona!- a lo que la máquina te contesta: -Esa opción no está disponible-, y  en ese momento, al menos yo, comienzo a tener tentaciones de estampar el teléfono contra la pared, pero consigo frenar mis ansias y esperar hasta que llega un rayo de luz y una voz te dice - manténgase a la espera, será atendido por un operador- y entonces sonríes, estás feliz y radiante, pero la alegría, como en casa del pobre dura poco, y no tardas en darte cuenta que llevas diez minutos seguidos oyendo las ya cansinas estaciones Vivaldi e instintivamente, empiezas a odiar al compositor de tal tortura, que fíjate tú, pienso ahora, lo que deforman los siglos las obras, jamás se hubiera imaginado el pobre Antonio, que sus estaciones serían más oídas en los  tiempos que espera todo quisqui para poder hablar con un tele-operador cualquiera, que en grandes óperas y teatros.

Y ya cuando una tal Jennifer, Josefa o como se llame según la ocasión, te coge el teléfono sientes un gran alivio pensando que ahora sí que te van a atender y entender. Pero no. Porque no saben qué pasa, no saben tú código pin, pan o pun, y vuelves a deseperarte hasta que por ciencia infusa  aparece el dichoso código, ahora sí que sí, piensas en tu ignorancia y de nuevo pletórico por tu dicha comienzas a contarles el motivo de tu llamada, pero de nuevo se han percatado, después de varios minutos y consultas que no pueden ayudarte, has de ponerte en contacto con el departamento del departamento del área de no sé qué, y te encuentras suplicando que no te cuelguen y que te pasen con alguien, llegados a este punto, en el mejor de los casos, que no sucede siempre, pueden pasarte con otro fulano un tal Juanjo, Kevin o como se vuelva a llamar, eso sí, antes de poder hablar con el nuevo otra vez las estaciones de Vivaldi,  cada vez más insoportables, hasta que de repente se oye - le atiende menganito- y en ese momento le vuelves a contar las penurias de tu problema con un tono de voz que gana decibelios por segundos, y el tal agente u operador te vuelve a explicar que no es su departamento quien lleva eso, y ya quieres cagarte en la puta madre de tu compañía de teléfono o en la que vende este o aquel billete, según el caso. Todos hablan igual, diciendo las mismas frases una y otra vez, he pensado muchas veces que deben de ser una retahíla de palabras aprendidas para repetir una y otra vez al personal, lo  que hace que hasta que ellos mismos suenan como robots –No Sr., siento comunicarle que el problema que me comenta no forma parte de este departamento- y así hasta la saciedad. 

Pero no puedes hacer nada y sigues peregrinando por departamentos y operadores hasta que encuentras a alguien, nunca antes de la décima voz que escuchas, que o bien te soluciona la papeleta o en el peor y humano de los casos acabas harto y al borde de necesitar un tranquimazin, maldiciendo sus empresas, amenazando con cancelar todo, no volver a viajar con ellos o lo que haga falta. 

A mí lo que me pasma, es que esas personas que te contestan una y otra vez, no pierden los nervios a pesar de recibir un montón de llamadas al día que tienen siempre presentes a sus madres en las cabezas, y aún más, nunca dejan de tratarte de su excelentísima e ilustrísima santidad para arriba, a pesar de que tú estés fuera de sí gritando como si estuvieras en medio de un pelea callejera. Yo que soy de las que me encabrono con los del Vodatron, el Movie-star y los de perico de los palotes por estos sistemas tan inútiles y desesperantes, al final pienso en ellos, en los de los cascos, porque tienen un trabajo de tela marinera, seguramente con poca capacidad de maniobra para resolver cuestiones, lo cual, aún sin serlo seguramente en muchos casos, puede hacerlos parecer incompetentes y de los grandes, cosa que encabrona. Mientras tanto, en esas mismas empresas, pero lejos de esos teléfonos y de la mala hostia del personal, imagino a los cabezas pensantes de todo este sistema en sus despachos, urdiendo  maquinaciones sobre nuevos sistemas que ahorren personal, o lo hagan cada vez más inútil, al tiempo que discurren sobre innovaciones diabólicas para que esas maquinitas sigan hablándote y pidiéndote que pulses quinientas teclas aunque sea a costa de empobrecer el servicio al cliente. Aunque pensándolo bien, eso dentro de poco va a importar un bledo, viendo como está ya ahora el panorama, para ilustrarlo bastan dos ejemplos, si vas al super hay que apoquinar unos céntimos por las bolsas, eso sí, no sin antes escuchar -¿Necesita bolsas?- a lo que tú piensas, o al menos yo pienso –no maja me entra todo en los bolsillos del vaquero- y si ya la cosa es a lo grande, como facturar una segunda maleta en cualquier mostrador de aeropuerto, no hay quien te libre de soltar un billete. Así que definitivamente el Low-Cost-de-mierda se está instalando en todas partes y nosotros aquí tan tranquilos, aunque sea esto último una contradicción teniendo en cuenta que a muchos estas cosas nos sacan de quicio y mucho.

Eva

jueves, 16 de septiembre de 2010

Cuando los pasamontañas se sacan del armario...



Ahora que está a punto de tronar, hay que acordase de Santa Bárbara, pero como casi siempre, está a punto de ser demasiado tarde. “2010, fecha clave de la minería” leí hace poco en un titular de periódico y a renglón seguido, lo de siempre, reconversión de las cuencas mineras ¡JA! Eso es lo primero que me viene a la cabeza. El carbón se muere, lo matan, de eso no tengo casi dudas. Que es una energía subvencionada lo tengo claro, que  la eólica y la solar también lo son es incuestionable, que éstas últimas son de momento energías más de moda que capaces de hacer que un país como el nuestro sea capaz de satisfacer la mayoría de su demanda energética interna, una realidad cristalina. El tan traído y llevado mix-energético otro ¡JA!

Pero obviando la cuestión de fondo, el sempiterno déficit energético de este país, voy a ir a algo más pequeño, que conozco mejor, el carbón y sus cuencas, no en vano, cuento por generaciones la unión entre mi familia y la mina. Advierto de antemano que no seré imparcial. Es justo aclararlo.
Entre los muchos recuerdos de mi infancia, están los ojos de casi todos los hombres que conocí maquillados por carbón, no valía una ducha en un cuarto de aseo en el pozo, el polvillo del carbón debajo de los ojos permanecía en ellos, igual que ahora lo hacen esos lápices de ojo de color negro que uso yo misma en las fiestas y otros días de guardar. He visto remendar fundas (también conocidos como monos azules) y volver a remendar lo remendado una y otra vez. He escuchado innumerables conversaciones de mina, no en vano oí muchas veces aquello de que “se pican ocho horas en la mina y otras tantas fuera de ella”. Con el tiempo distinguí la diferencia entre un picador, un entibador o un artillero. Conozco lo que es una llamada que anuncia la tragedia, de la misma manera que he visto lo que es vivir atado a una máquina de oxigeno que te proporcione de forma artificial la respiración que más de treinta años  de mina te quitó. Se también, que la mina produce un sentimiento que puede resultar extraño pero que se asume sin pestañear en las cuencas, la mina mata y da de comer. Así como suena, tan sencillo y tan complicado.
Las cuencas han vivido sólo del carbón, ese quizá ha sido su pecado, su única salida. No se reconvierte nada, no hay alternativa gubernamental, y como dice el cuento para muestra hay muchos botones. Se cierra la mina, se encierra el carbón. Se acabó la historia. El que esté prejubilado tuvo suerte, el que no lo esté, a encerrarse en el pozo, a correr delante de los antidisturbios, esto ya lo he visto antes, se ponen parches, planes del carbón con el ministerio de turno poniendo firmas y sellos y a seguir esperando a que vuelva la próxima tormenta. Y cuando llegue la próxima, pues que si es cosa de Europa, de Marte o del Universo. Y vuelta a correr enfundados en pasamontañas y vuelta a vivir en un pozo a medio kilómetro bajo el suelo, como lo hacen hoy mineros en Palencia y en León.
Se ha subvencionado el carbón sí, quizá por una cuestión de estrategia energética, quizá porque nadie sabe, puede o quiere ponerle el cascabel al gato. Y con todo y con eso los mineros vuelven a estar en la cuerda floja porque hay un canalla, dueño de todo el tinglado empresarial minero de buena parte de Asturias y León, que no paga, que los aprieta una y otra vez hasta que los asfixia. En teoría no paga para presionar a instituciones y políticos, a Europa o al sursum corda, pero él en su poltrona y los demás con una mano delante y otra detrás, sólo por sus prácticas deshonestas alguien debería actuar contra él. Pero no. Porque ministerios, juntas, diputaciones y alcaldes de toda índole están mirando para otro lado, callados, esperando a que pase el chaparrón, a que sea otro el que saque el paraguas para este diluvio.
Quizá se acabe la mina, quizá los mineros dejen de existir en este país, quizá en unos años pocos sepan ya que es un pozo, el grisú o un cielo abierto, quizá los valles mineros en unos años sean zonas deprimidas y  dónde pocos o nadie pueda vivir, quizá. Pero hoy en ellas, en las cuencas, hay vida y gente que sabe lo que es tener toneladas de tierra encima de su cabeza, y es por ello que todavía mantengo la esperanza de que igual que hace siglos los vecinos de una comarca asediada, y en el futuro minera, se dirigieron hasta el castillo del Rey Alfonso X para conseguir una Carta Puebla que los convirtió en territorio de realengo fuera del alcance de los condes que ansiaban conquistar sus territorios, hoy sean capaces de luchar por la dignidad de una profesión en extinción, por el futuro de unas comarcas que no buscan nada más, que hacer posible que todo aquel que quiera pueda vivir en la misma tierra en la que ha nacido con o sin mina, pero con un futuro.
Por si lo humano falla, por si los políticos y empresarios o quien sea, ponen esto cada vez más patas arriba quizá no estaría de más que mediara lo divino, así que antes de que la tormenta vaya a más, convendría que Santa Bárbara, ahora que empieza a tronar, y ya que es patrona de los mineros, pusiera un granito de carbón en favor de quienes la han maldecido y rezado entre dientes y a partes iguales, todos los años que la mina ha repartido pan y hostias a partes iguales en tantas  cuencas mineras de este país. Así que por si acaso Amén.

 Eva

jueves, 9 de septiembre de 2010

59 segundos, la eternidad...




Una mesa, una moderadora, varios tertulianos. Sabes de antemano que unos  van a decir so y  los otros contestarán arre, visto una vez el programa y sabiendo del pie que cojea cada tertuliano puedes anticipar sus respuestas.  Así sin más, tan fácil como saber para qué periódico o radio trabajan.  Viendo este y casi cualquier otro programa dedicado a estos menesteres, apenas se pueden encontrar momentos en los que exista un espíritu crítico, una opinión formada e independiente de los grupos editoriales, para poner a caldo o alabar al PP y al PSOE a partes iguales.


Me pregunto por qué llaman debate a la repetición cansina y aburrida de las mismas ideas. Allí no sé discute sobre nada, porque cada uno lleva bien aprendido qué decir y cómo hacerlo para que la publicidad que financia sus periódicos no falte en las páginas centrales.


Si es corrupción, el Gürtel no es nada si se compara con el caso Pretoria y  si no se retrotraen a la época de Felipe González y listo. Si es ETA y la tregua y los comunicados vuelve el si yo me reuní, tú te reuniste más y así en lo sucesivo. El “tú más” quita culpas y hasta parece que disminuye la incompetencia de casi todos. Fantástico. Es un argumento válido cuando tienes siete años y la profesora te dice en el cole –estás hablando- y tú le contestas- sí pero fulanito más- pero yo, al menos, espero algo más de personas adultas, en apariencia formadas y más aún cuando hablan de cuestiones que así de primeras, se intuyen relevantes.


Me indigesta, ese momento en el que la política y los programas que debaten sobre ella cogen el tono de las discusiones que podrían tener un par  forofos de dos equipos de fútbol rivales, en la barra de un bar y con dos cañas de por medio. El PP y el PSOE son el Cristiano Ronaldo y el Messi de esas mesas de opinión. Y sólo se puede ser de uno o de otro y defenderlos o criticarlos, no por cómo juegan sino por la camiseta con la que se visten. Así de simple, así de triste.


No importa que nuestra competitividad económica, según he leído hoy, esté al nivel de la de Puerto Rico, parece que de la Champions League hemos pasado a la categoría de  Regional Preferente, por seguir con símiles futbolísticos. Tampoco que nuestra tasa de desempleo juvenil triplique la media mundial, al elevarse al 40%, y que sea la mayor tasa de la Unión Europea, lo cual, ya debe situarnos al nivel de los partidos entre solteros y casados de las fiestas de los pueblos y así sucesivamente. Con dos ejemplos de tal calibre uno rápido se hace una idea de cómo está el percal. Pero de esos temas que deberían ponernos la piel de gallina, que tanto deberían escocer en las cabezas de políticos y opinantes de prime-time se habla poco y de refilón.

Los segundos pasan, se baja el micrófono, se oye como un susurro lo que aún le quedaba por decir al tal fulano o mengano, pero es más de lo mismo, más de lo de siempre. Y ante tal panorama le voy a dar la razón al  Sr. Antonio Machado cuando decía aquello de que en España, de cada diez cabezas, nueve envisten y una piensa. 

Eva