domingo, 24 de octubre de 2010

Querido vintage...


Se acaba de decretar el parte de defunción para el walkman, ese aparato que nos convirtió en modernos paseantes con cascos y una cinta de dos caras, éramos los más inn, estábamos felices, e incluso mirábamos por encima del hombro a aquellos carcas que se empeñaban en seguir cargando con los vinilos. Pero pronto nos quedamos desfasados, lo nuevo era el discman, y quisimos uno, era igual de grande que el walkman, o incluso más, pero nos dio igual, no queríamos ir a la zaga tecnológica, las cintas eran la prehistoria, todo lo que era digno de escuchar y tararear estaba en CD. Pero los Mp3 y 4 y siguientes nos volvieron a coger a pie cambiado. Así que el Discman siguió los pasos del Walkman. Los dos a la misma caja. Teníamos el nuevo grito en reproducción musical, la carrera por no quedar obsoletos era cada vez más agotadora. Todavía la moda retro no estaba en su apogeo, y nadie te veía como un moderno por llevar cosas pasadas de moda. 


Sin embargo desde un tiempo a esta parte, hacer uso de lo antiguo, te vuelve moderno. Las Converse no valían nada, hasta el momento en el que alguien las convirtió en un must, como dicen los que entienden de tendencias y modas. Eso por no hablar de las Victoria, recuerdo cuando todas las  madres te las ponían como unas zapatillas corrientes y molientes, alejadas de cualquier tipo de glamour y fíjense ahora, a precio de oro se pagan.  En la fotografía, la polaroid cedió ante lo digital, y sin embargo, tras dejar de fabricarse en 2008 se han  convertido en un objeto de coleccionismo y devoción. Eso por hablar del vestir, todavía recuerdo cuando la pata de elefante vestía a lo más granado, cuando el pitillo gano la batalla a la pernera recta, cuando las camisas de leñador eran horribles y cuando volvieron a vestir a las maniquís flacuchas de las pasarelas, eso por no hablar de faldas escocesas, zapatos de tacón gordo o fino, las gafas de pasta y de aviador, y un largo etcétera que viene a mi cabeza. Así que a menudo me pregunto si estamos en un permanente revival, quizá sí.

Así que ya saben, toca  buscar en el desván, en la casa del pueblo, en el sótano o en cualquier sitio donde tengan esas cajas en las que un día decidieron guardar todo aquello que los convertía en horteras, porque hoy muchas de esas cosas que cayeron en el olvido colectivo, ante el furor de la novedad, son objetos de culto e incluso podría sacar por ellas un pellizquito alguna tienda de segunda mano, y lo que es más importante, conseguirán que  ustedes estén entre los modernos más modernos, aplicando la máxima que ya habrán oído mil veces de ¡Todo vuelve!

Aunque esto último no se vayan a pensar que tiene validez universal, sólo es de aplicación para ropa, zapatos y artilugios variados a los que unas buenas dosis de marketing y un lugar preferente en los escaparates de la tiendas más de moda o demodé, según se mire, los convierten en objetos imprescindibles para legiones de personas.

Porque cosas también pasadas de moda, como criar gallinas, hacer un potaje, ser familia numerosa, cuidar de los mayores, dejar a tu hijo con la vecina, ir a comer los domingos a casa de la abuela o coger la fiambrera para ir de merienda, son cosas del pasado que el marketing no ha querido rescatar y que se han convertido de momento y sin vuelta atrás en cosas de paletos. Así que mucho ojo con que cosas del pasado deciden recuperar, no vaya a ser que el intento por estar siempre a la última les vaya a jugar una mala pasada.

Eva

viernes, 22 de octubre de 2010

Discurseros y bocazas...


Podría empezar el nuevo post diciendo aquello de “nueva estaba muerta, estaba de parranda” pero para hacer justicia con la realidad, y aunque hubo un poco de parranda en mi ausencia, también me han dejado fuera de combate los primeros estornudos y toses del otoño. 

La noticia estrella de la semana es el  nuevo cambio de gobierno, el cual llena portadas, acapara titulares y fotografías. Unos lloran y otros  ríen, según van o vienen, hay trasiego de carteras, a algunos hasta les han tocado dos y por el precio de una, no sé di darán abasto, ministerios que se esfuman y predominio de la corbata sobre la falda y con ello adiós a las portadas del Vogue. Y todos como soldados al son de ¡Oh ZP, mi ZP! 

Hoy en la primera foto de los nuevos entrando al Consejo de Ministros predomina el luto, los he visto a todos muy de oscuro, espero que sea por aparentar seriedad, porque mal empezamos si ya el primer día nos abandera el negro. Yo creo que deberían tomar nota de  Rosa Aguilar, quien ha puesto color a la fotografía, porque para los nubarrones no lo duden, ya habrá tiempo. 

Entre los nuevos nombramientos me quedo con dos. El primero con Valeriano, las primeras palabras que oí sobre él fueron de Corbacho, que lo calaficó de  “tio majo” miren que bien pensé, ahora sí que estamos de suerte, aunque luego recapacité y pensé  en decirle al ex de trabajo, que majo tiene que ser el tío que me pone las cañas, y no siempre, pero que cuando hable de un ministro, por dios, aluda a su preparación, a su empeño o lo que sea, que mienta un poco si hace falta, pero que no deje al nuevo con la etiqueta de “soy el majete de trabajo”. Además al pobre le va a tocar bailar con la más fea,  con esa interminable  conga de parados, ahí es nada. También  me mata la curiosidad de cómo va a hacer quien se manifestó contra la reforma de la ley del mercado laboral para implementarla ahora. ¡Que intriga! Me temo que tocará replegar la pancarta.

Y la segunda estrella del nuevo grupo de ministros es sin duda Pajín.  Socióloga por deformación y política de formación. Me imagino que tras convertirse en la reina del Twitter tras su nombramiento, ya se haya arrancado la power balance de la muñeca, pero además nuestra dicha es múltiple porque entre las secretarias y secretarios de estado, como ella diría, está Aído. Las dos con un bagaje intenso en el mundo profesional y con una experiencia de vida ríquisima fuera de su partido político. Ya lo leí en algún sitio, “Pajín una mujer de su tiempo”. Vayan preparando vitaminas y vacunas porque nos van a hacer falta.

Con este nuevo gobierno, lleno de “políticos” vamos a salir a más de un mitin diario, que sólo de pensarlo me da pereza, pero eso debe de ser lo que funciona, porque ya oyeron a los del PP cuando se les  escapó aquello de “tiene mayor proyección pública”, ósea que serán unos radio macutos repitiendo hasta la sociedad lo malos que son unos y lo buenos que son los otros. Me lo veo venir.

Presumo que en este  batallón de soldados, en los que algunos como Rubalcaba, ya están de vuelta, habrá dos que harán méritos para ascender a corneta de aquí a 2012, me refiero a Pajín y a Blanco, aunque no necesariamente por este orden. A ambos les sale a menudo esa sonrisa bobalicona que interpreto como “mira dónde hemos llegado”, vamos que el señor Marcelino Iglesias debería de estar frotándose las manos, porque de secretario de organización a ministro hay un paso, sino fuera por esas elecciones que le pillan por el camino.

Y ya por último y cambiando de tercio, una de declaraciones varias. Ayer fue el alcalde de Valladolid al que se le calentó la boca delante del micrófono de onda cero y soltó, refiriéndose a Pajín, "cada vez que le veo la cara y esos morritos pienso lo mismo". Lo de este hombre es de juzgado de guardia y de línea erótica barata. Me imagino la cara de “quiero matar a este tío” que pondrían Cospedal y Rajoy al escucharlo. Y otro que está peleando con el edil pucelano por el gallifante de la semana es el señor Camps que se ha lucido hoy, cuando ni corto ni perezoso se ha referido al socialista Luna como “hijo de la oscuridad”.  Adjetivo que está muy bien si te dedicas a los juegos de rol y se lo llamas al contrincante procedente del  reino de Arranquis u otro reino limítrofe, pero que para decirlo en un parlamento regional suena raro, no me digan ustedes que no. Creo que los cargos del PP han cumplido con creces las salidas de tono delante del micrófono por esta semana, así que yo les aconsejaría descansar hasta el lunes por lo menos.

Ante tanto comentario sesudo y con la colección de nuevos ministros para el otoño-invierno 2010-2011 acomodados en sus sillones, me despido con un ¡que la fuerza nos acompañe! A lo Star Treck, y de mi cosecha añado, ¡que falta nos va a hacer!


Eva



lunes, 4 de octubre de 2010

Enrevesando Babel...


¡Manos arriba, esto es un atraco!  Esta frase me vino a la cabeza cuando hoy leí en el periódico que el Senado va a gastar 350.000 euros en 2011 con el fin de pagar a los traductores de la cámara alta, los cuales, se encargarán de traducir a las señorías que decidan dirigirse al pleno en euskera, catalán, gallego o valenciano. Lo cual demuestra y deja claro, que de las lenguas que se hablan más allá de los pirineos no entenderemos ni papa, pero que en las nuestras algunos son muy políglotas.

Miren, ustedes me ponen negra, negra negrísima. Resulta que están todo el día dándole la paliza al personal con lo necesario que son los recortes en esto y en aquello, lo imprescindible de las políticas de ajuste de aquí y de allá, y ahora van ustedes y como son más chulos que un ocho deciden malgastar nuestro dinero, el de todos, para que cada uno que se vaya a subir en el templete del senado hable en lo que quiera, aun sabiendo el gasto que está ocasionando y siendo consciente también, de que el resto del personal, que está sentado en frente, no le entiende. Cojonudo. Son el colmo. Y ya veo lo fácil que les resulta tirar con pólvora ajena, vamos con el dinero de otros. E incluso tal situación sería la risión, si no fuera porque este tipo de situaciones surrealistas, son desgraciadamente tan comunes. Pero es que hacen ustedes méritos para ser considerados un problema de este país, día sí y día también. Así que luego no se echen las manos a la cabeza cuando su sociedad los considere un mal endémico. En este tipo de idioteces sí que son concienzudos. Lástima que este ímpetu no lo apliquen en el resto de cosas que se traen entre manos, ya ven, cuando les ha tocado por ejemplo, la renovación del Tribunal Constitucional, les importó un bledo tener a sus miembros más de tres años con sus cargos caducados pero en ejercicio por falta de un acuerdo. Y si esto no les parece dejadez e irresponsabilidad en sus funciones como cargos electos que se lo traduzca alguien.

Estoy harta de tanto –ismo que abunda entre ustedes (nacionalismo, regionalismo, españolismo, enchufismo, analfabetismo, absentismo, porculismo y etc.) Además, me parece a mí que ustedes necesitan traductor según para qué, porque me da en la nariz que para muchas cosas que les interesan dominan ustedes a la perfección la lengua de Cervantes, y no me hagan poner ejemplos.  Así que eso de tener que pagar todos un pastón, porque cualquier representante de estos –ismos se empeñe en darnos una charleta en su lengua materna o de adopción, según el caso, porque hay muchos que parecen tener un complejo de poco -istas y al final como dice el cuento, son más papistas que el papa, me parece una vergüenza, lo siento. 

Estoy de acuerdo con que cada región, pueblo o barrio de este país conserve sus juegos autóctonos, sus fiestas y días de guardar, sus jotas y lo que ustedes quieran, pero digo yo que eso no debería ir reñido con la sensatez y el buen criterio a la hora de desempeñar sus funciones. Pero no. Sé que estoy equivocada, porque desde el momento en el que lo importante es el voto y con el voto el poder, aquí habla todo quisqui si hace falta hasta arameo. Menudos son ustedes.  

Y saben, con este tipo de tonterías que consienten, y en las que participan, no me queda más remedio que darle la razón a Einstein, cuando sentenció, que lo único infinito es la estupidez humana. El tío, además de un genio para la ciencia, fue un visionario a tenor de lo que nos deparan los políticos patrios tan a menudo. Y como a buen entededor pocas palabras bastan, y ya que muchos de ustedes saben dos lenguas,  y por lo tanto son bilingües de aprendizaje, y bífidos de serie, espero que se den por enterados sin necesidad de traducción.


Eva




sábado, 2 de octubre de 2010

Contratos a gogó...


Este señor del Roto igual no anda muy desencaminado, cada vez los contratos son más precarios y como consecuencia los jefes están cada vez más apesadumbrados con estos ejércitos de trabajadores, que como están empeñados en querer comer, se ven obligados a aceptarlos. 

Pero no se crean que los aceptan sólo por la satisfacción de trabajar en tan buenas condiciones, lo hacen también por hacerles un favor a todas esas cabezas pensantes que tras muchos años de discurrir, inventaron todo tipo de contratos: de prácticas, de bajas, de altas, de quince minutos, de un rato y así muchos más, con el fin de mejorar nuestro mercado laboral. Y ha resultado que tenían todos ellos unos cerebros privilegiados, no hay que más que ver los resultados, vamos los primeros en cuanto a las cifras del paro, eso sí que es dar en el clavo con las políticas de empleo y lo demás son tonterías. No sé si llegaremos a la Champions League, igual vamos un poco justitos, pero para la UEFA, ahora Europa League, nos clasificamos seguro a tenor de nuestros datos económicos. Menudos somos nosotros. 

Yo misma conozco muchos casos de gente bien preparada que han rechazado un excelente trabajo, con sus días de descanso reglados y su buen sueldo, prefiriendo coger trabajos donde pagan ochocientos euros dándote de alta como autónomo y descansando sólo dos fines de semana al mes. Y es que por mucho que les insistieron para que aceptaran mejores trabajos, de acuerdo con su cualificación, se han negado para no sentirse de más. Ya ven como somos, capaces de trabajar de cualquier cosa y de sentirnos esclavos del siglo XXI, pero lo hacemos porque no podía ser que algo tan antiguo como el hombre, me refiero a la esclavitud, fuera a desaparecer así sin más, y hemos decidido aprovechar la oportunidad que nuestros políticos y empresarios nos han brindado para perpetuar esta gran figura histórica. Porque los derechos del trabajador ya saben ustedes que son pamplinas, les pongo un ejemplo, ¿le importa a alguien que nuestra constitución recoja el derecho al trabajo? pues no, ya lo saben ustedes. Así que no será tan importante la cosa, sino con tanto senador, diputado, ayuntamiento y demás alguien hubiera levantado la voz, no les quepa duda, así que yo creo que este tipo de derechos son cosas menores que igual las pusieron para rellenar, para que hicieran bulto.

Lo nuestro es para nota. Y en vista de que somos generosos como pocos, no duden que seguirán apretando las clavijas, e incluso puede que lleguemos a pagar por trabajar para que nuestras empresas no decaigan en tiempos difíciles como los de ahora. Los trabajadores  debemos de estar dispuestos a arrimar el hombro, no se puede ser egoísta ahora que la cosa se ha puesto fea, antes fueron los empresarios quienes en épocas de vacas gordas repartieron sus miles de beneficios, no tiene más que hacer memoria para recordar a todos aquellos señores empeñados en repartir sus dividendos entre todos y cada uno de los trabajadores de este país. ¡Ellos sí que están hechos de otra pasta! 

Además todos estos trabajadores tienen de su parte a unos grandes sindicatos obreros, dispuestos a dar el do de pecho ante cualquier problema. Si es que no podemos tener queja. Cuántos países del mundo quisieran tener nuestra situación, incluso me temo que a no mucho tardar la inmigración que va a llegar no va a ser africana, ni asiática y tampoco de América Latina sino de individuos llegados de las primeras potencias económicas del mundo que a buen seguro estarán envidiosos, en vista de nuestra buena suerte y de estas reformas del mercado laboral que cada vez nos protegen más y nos convierten en unos trabajadores más privilegiados. Ya ven, nuestra dicha no para de aumentar. 

Y además les pregunto en confianza, ¿Para qué quiere uno ser rico con lo que van a subir los impuestos? Es salir perdiendo, porque estarán de acuerdo conmigo en que se vive mejor y más tranquilo de pobre, donde va a parar, sin miedo a que te roben porque no tienes más que lo puesto.

Además para aquellos temerosos de que la situación mejore, y lleguen crecidos aquellos brotes verdes, que para nuestra suerte colectiva, se marchitaron hace tiempo, que no cunda el pánico. Hoy mismo un  informe de la OIT asegura que seguiremos con largas colas de paro hasta 2015, así que no se agobien, disfruten de estos trabajos actuales tan buenos, como por ejemplo de  los cursos de formación del INEM, esos en lo que te enseñan a hacer un currículum con nociones básicas para que no te tuerzas al escribir y sepas dónde poner tu foto, o aquellos en los que te dicen como  enfrentarte a una entrevista de trabajo, aportándote nociones imprescindibles como la elección de la corbata más apropiada según la ocasión. Estos cursos son una bendición, no lo duden. Y ya oyeron al presidente, que además también son trabajo, y sí, ya sé  que no son remunerados, pero ese detalle tampoco será para tanto, porque de serlo él se hubiera percatado. ¡Menudo es, no se le escapa una! Así que ya saben, a disfrutar de este mercado laboral que tenemos mientras se pueda, que quizá en unos años este chollo se haya acabado y nos toque trabajar dignamente. ¡Qué disgusto tengo sólo de pensarlo!


Eva



viernes, 1 de octubre de 2010

No abrirás la boca en vano...


Como el mundo está empeñado en no parar de sorprenderme, ayer descubrí que el 30 de septiembre se celebra el día internacional de la Blasfemia, así como lo oyen. Y como ignoraba tal cuestión, lo primero que pensé fueron dos cosas, o bien que era el día para reafirmarse maldiciendo a Dios, a Mahoma o a quien usted quiera cada dos por tres, o bien para castigar a quienes soltasen semejantes palabrotas, como nos decían de pequeños, y ya me imaginé que habría para la ocasión, un buen número de voluntarios con estropajos para limpiar esas sucias bocas. Pero por si acaso me equivocaba empecé a buscar información, y me quedé pasmada, porque toda este tema no es moco de pavo. ¿Esto último será blasfemia? Espero que no, pero por si acaso, Amén. 

Resulta que se conmemoró ayer, porque hacía exactamente cinco años que se publicaron en un periódico danés las viñetas del profeta Mahoma con turbante y pinta de formar parte de un grupo yihadista cualquiera, ustedes recordarán el revuelo, algo parecido a lo ocurrido este año con ese pastor religioso de un pueblo de Florida empeñado en quemar el Corán en el aniversario del 11-S. Gracias a la cobertura planetaria del asunto, estuvo a punto de montarse la marimorena, e incluso salieron a la palestra los líderes de medio mundo, en vista de que ya había radicales de toda clase y condición y religión, listos para quemar lo que hiciera falta. Me queda la duda de si quizás, los medios de comunicación , deberían de reflexionar más sobre a quién o qué convierten en noticia, porque no me parece a mí que sea lo suyo convertir en protagonista del mundo mundial a cualquier pirado sin medir las consecuencias, pero claro muchas veces nos sale esa esa vena sensacionalista y no hay quien nos pare. Pero a lo que íbamos.

Detrás de este día dedicado a la Blasfemia está The Center for Inquiry, para más señas, aquí os dejo su  web. Esta organización norteamericana cuenta con más de 100.000 seguidores en todo el mundo, así que son un buen regimiento, el fin que les mueve es la defensa de la libertad de expresión. Vamos que cada uno sea muy libre de cagarse en lo que quiera, o de dibujar a Jesucristo, o Mahoma, como una bailarina de ballet si le así lo desea. Y no me sean susceptibles que es sólo por poner un ejemplo. Para fomentar la libertad de expresión incluso organizan un concurso con su correspondiente premio, para quien sea capaz de elaborar un texto en el que se exponga la mejor crítica a la religión, a cualquiera ¡Toma ya! Y apuesto a que incluso hay merchandising para aquellos que son fans de llevar chapas y camisetas. Pero esto está sin confirmar.Llegados a este momento ya estoy que no pestañeo, pensando en cuantas cosas hay en este mundo que ni se me habían pasado por la cabeza, y que seguramente sería mejor ignorar. Pero internet existe y por tanto el daño está hecho, así que como me pica la curiosidad sigo buscando en que consiste tal onomástica. Y tras un rato de buceo por la red, doy con unas declaraciones del Sr. Linsay, que es el promotor de este tinglado en  las que señala: “una sociedad no es verdaderamente libre si la gente no puede exponer libremente sus puntos de vista sobre cualquier tema - incluyendo a Dios”.  Pues bien Sr. Linsay, ha sido un placer leerle. Pero recuerde aquel viejo dicho de su libertad termina donde empieza la mía. Porque muchas veces se nos calienta la boca y no medimos. Y lo digo porque a veces igual no nos vendría mal un poco de respeto y de sentido común.

Estaba pensado que ¿no hubiera sido más fácil llamarlo el día de la libertad de expresión? Aunque igual ese nombre ya estaba cogido, en esta espiral en la que hay un día dedicado para cualquier cosa que usted se pueda imaginar. 

Yo que no había pensado mucho sobre la blasfemia, más bien nada, pero tenía la sensación de que era una idea tremendamente superada, pero me doy de bruces contra la realidad cuando descubro que  aún hoy en día, ese pecado está presente en leyes y códigos de numerosos países. Ahí vuelvo a saberme ignorante. ¡Vaya por Dios! Esto último igual no debería de haberlo dicho por riesgo a blasfemar, pero me he envalentonado. Lo siento.

Así que me pongo a indagar un poco y ¡tachán!, aparecen los verdugos de la blasfemia. Les dejo algunos ejemplos. Probablemente entre los más rígidos esté Pakistán, donde el blasfemo puede acabar pagando tal acto con su vida. Vamos que lo matan. Y ya los veo a ustedes pensando que estos son unos fundamentalistas barbudos, que muchos lo son, y unos radicales, que también. Pero sigan leyendo, porque no son los únicos que cojean de esta pata. En esta parte del mundo dónde somos tan ¿civilizados? también tenemos a la blasfemia en nuestros libros. En EE.UU, en el  Capítulo 272, Parte 36, de las Leyes generales del Estado de Massachusetts se penaliza la blasfemia, y ustedes estarán pensando, si es que estos yanquis, tan cowboys, con tanta primera enmienda y luego mira como se las gastan. Pero tranquilos, porque aquí, en España, y han leído bien, también tenemos un articulito dedicado al tema, concretamente el  525 de la Ley Orgánica 10/1995, del Código Penal. Después de tanta ley se levanta la sesión. ¿Cómo se les queda el cuerpo?

Al final parece que estamos todos metidos en el ajo, ya ven, lo de castigar al blasfemo que nos parecía tan medieval y tan obsoleto, está todavía vivito y coleando. Y es que las tres grandes religiones monoteístas, siguen considerando la blasfemia como un pecado, y de los gordos, de esos que te dan un billete sin escalas hacia el infierno. Y yo que no daba crédito ante tales descubrimientos, todavía encontré una última noticia que recoge la entrada en vigor de una ley en Irlanda en enero de este mismo año, por la que se castiga la blasfemia hasta con 25.000 euros, que si lo comparan con Pakistán puede sonar a poco, casi a un juego de niños,  pero a mí ya me parece un piquito para estos tiempos de crisis.

Así que por si acaso, cuando ustedes vayan a según qué país, además de tener el pasaporte en regla, comprueben como está lo de blasfemar por allí, no vaya a ser que luego se lleven algún disgusto. Sean precavidos, y no me hagan ser como la señorita Rotenmeyer obligándome a decirles de aquí a un tiempo -¡se lo había advertido!- Así que ya saben, cuándo vayan a mentar a un Dios, y no para bien, ojo al parche. ¡Ah! Ya se me olvidaba, si son ustedes de rezar, pidan por favor un poco más de tolerancia, que no nos vendría nada mal.

Eva