sábado, 20 de noviembre de 2010

No a la pornografía infantil...




Grita por los que no tiene voz, llena de palabras su silencio, hazlo tantas veces como sea necesario. Se valiente por los que tienen miedo, lucha por los que no pueden hacerlo. No esperes, no mires hacia otro lado, no lo consientas, no estés mudo, denuncia. Porque quien dijo que "la palabra progreso no tiene ningún sentido mientras haya niños infelices" estaba en lo cierto. Hagamos entre todos que la infancia sea un territorio donde se multipliquen las sonrisas y se resten las lágrimas


Eva


























martes, 9 de noviembre de 2010

Horror, cosas sin nombre

Hace unos días leí con estupor, la aparición de esa nueva ortografía que nos deja huérfanos de i griega. Tal hecho vuelve a recordarme que en algunos aspectos voy camino de convertirme en un ser anacrónico, de esos que todavía dice cosas como “falto el canto de un duro”  y al que le costará no poner la tilde en una o que vaya entre números, porque machaconamente me repitieron que si no se podría confundir en un cero. ¡Y miren para que ha valido! Casi para lo mismo que saberse al dedillo la lista de las preposiciones, que cualquier día van y las cambian y yo otra vez a verlas venir.

Ante tales cambios me pregunté, como ya lo había hecho otras veces, porque sin embargo nadie busca palabras para las realidades sociales que avanzan más rápido que el diccionario. Por ejemplo, ¿por qué no inventar una palabra que sustituya a “es la novia de mi padre”? Sí, ya sé que existe madrastra pero no me vale. Uno porque no están casados, dos porque no tiene por qué ejercer de madre suplente y tres porque las madrastras desde los cuentos de Blancanieves son unos seres perversos que nadie quiere tener en su vida. Por cierto, este orden no responde a ninguna lógica, pueden cambiarlo. Así pues, la familia nuclear,  vamos la de toda la vida de papá, mamá, los retoños de ambos y sanseacabó, ha saltado por los aires y sin embargo, no hay académico que se percate de la necesidad de ahorrarnos saliva y conceptualizar en una sola palabra estas nuevas realidades. 

También estaría a favor de que alguien pensase un nuevo nombre para “el paro obrero”, que ya sé que se dice poco, pero igual que antes definía a la perfección al segmento social que padecía sistemáticamente el desempleo, ahora sin embargo el paro, así sin más, es una palabra sosa y demasiado difusa para aglutinar un sentimiento de pertenencia colectivo. Y claro los hay que te salen diciendo que son parados fontaneros o parados economistas y así no vamos a ningún sitio.

También deberían de pensar un nuevo nombre para el socialismo del S.XXI, porque desde luego está anticuado a tenor de cómo lo ejercen algunos de los que llevan el carné en la cartera. Ahí tienen a Montilla, socialista híbrido entre catalán y andaluz, que cuando va a ese programa que carga el diablo, llamado “Tengo una pregunta para usted”, y le preguntan porque sus hijos no van a un colegio público, se le pone cara de póker y contesta un escueto “Es una opción personal”. Para que vean que no es un rara avis ,les pongo otro ejemplo, el señor ministro Blanco se ha operado de la vista, y no, no ha sido en la seguridad social, no ha necesitado ni volantes, ni listas de esperas ni nada, sino que como socialista de hoy lo hizo en una clínica privada. Vamos que como no paran de predicar con el ejemplo de cómo se ejerce hoy el socialismo, yo creo que habría que actualizar la palabra en el diccionario, añadiéndole nuevas connotaciones para que luego  no nos llevamos a engaño.

Y por último ni Facebook ni Twitter aparecen recogidas en el diccionario de la RAE,  que poco modernos son estos señores de la Real Academia Española, y eso que entre los ilustres miembros está Pérez Reverte, que haciendo honor al sillón T que ocupa, fue Trend-Topic en Twiter hace nada y menos e incluso tiene una sección en propiedad, los #perezrevertefacts. Para los no twitteros, que haberlos haylos, pinchen aquí y entenderán a qué me refiero.

Así a bote pronto son algunas de las ideas que propongo, pero vamos que en nada que me tome otro café y le de unas vueltas a la cabeza seguro que alguna sugerencia más se me ocurre. Porque ya puestos a hacer reformas en la ortografía, podemos liarnos la manta a la cabeza y seguir con los cambios para no quedarnos desfasados tampoco en el vocabulario que sino, a este paso, dentro de nada va a parecer que hablo como si me hubieran sacado de una película en blanco y negro y voy a necesitar hasta subtítulos. ¡Hasta ahí podíamos llegar!


Eva

lunes, 8 de noviembre de 2010

Pasen y Vean...


Les sugiero que antes de seguir leyendo,  piensen si tiene un rato para sentarse enfrente del ordenador, si es que sí, vayan a hacerse unas palomitas y acto seguido estén preparados para disfrutar de la risa y de los sueños.

Hoy la noche es de perros y no de ópera, pero estamos de cumpleaños. Hace 75 años que se estrenó “Una noche en la ópera” de los hermanos Marx, puede que no sea su favorita, da igual, véanla de nuevo, denle una nueva oportunidad y sino no importa, elijan otra, “Un día en las carreras” por ejemplo, y disfruten con ese humor en blanco y negro, inteligente y delirante, porque no suelen sobrarnos los momentos  para reír ni tampoco abundan los genios. Aquí les dejo una de las escenas más recordada y reída de la historia del cine, pero es sólo un aperitivo para abrir boca. Así que busquen un hueco para poder verla al completo, ahora además que el invierno está a la vuelta de la esquina, no les faltará alguna tarde de manta y sofá para verla y reír. Firmen debajo su compromiso, les adelanto que yo soy la parte contratante de la primera parte
.



Ahora que ya se han reído, llegan los sueños. Corría la segunda mitad de la década de los 40 y la post-guerra mundial no entendía de genios sino de penurias, y así fue como por falta de presupuesto se truncó el trabajo  de un norteamericano y un español. Ambos creadores siguieron sus carreras, y aquel proyecto conjunto se guardó en un cajón que no se abriría hasta el siglo XXI. Cada uno, a su manera, continuó plasmando en sus obras su poderosa imaginación y crearon y recrearon sus mundos internos hasta hacerlos parte de la memoria colectiva de buena parte del mundo.

Salvador Dalí y Walt Disney no llegarían a ver aquel proyecto común concluido pero por fortuna, siempre hay alguien dispuesto a remover los cajones en los que se guardan los recuerdos y los sueños que no se pudieron alcanzar. Y así es como aparece “Destino” en 2003, un cortometraje en el que se mezcla la magia de los dibujos de Disney con la simbología del universo surrealista del pintor catalán. 





¡Ahh! Una última cosa, ya casi se me olvida, si tienen un rato y les gustó el corto, no se pierdan la exposición de la Fundación Dalí en Figueres. 

Buenas noches y buena suerte.

Eva


miércoles, 3 de noviembre de 2010

Sociedades teledirigidas...


 ¿Es un tonto el que hace un ciento o es el ciento el que hace al tonto? El politólogo Giovanni Sartori señaló en una entrevista, refiriéndose al primer ministro italiano, lo siguiente: “El sultán Berlusconi no caerá, es el dueño de todo el país”. En tres pinceladas se podría decir que, Il Cavaliere, es un tipo inteligente, graduado cum laude en Derecho, un empresario de dilatada trayectoria y el italiano más adinerado según la revista Forbes. Por todos es conocido también su controvertida carrera política, con salidas de tono de todo tipo, sus escándalos sexuales, causas judiciales y conexiones con la mafia. 

Muchas veces me he preguntado cómo alguien como él está en el poder, que hay detrás de esa compleja sociedad italiana para que sea elegido. El profesor italiano, Norberto Bobbio, respondió sobre estas cuestiones en una entrevista lo siguiente:

P-¿Y por qué los italianos lo votan?
R- Porque Berlusconi representa al electorado italiano. Es un hombre bastante corrupto, es un hombre de éxito, un hombre al que le gustan las mujeres, un hombre que bromea. Es un perfecto compañero de restaurantes, de vacaciones. No es un político profesional. A los italianos no les gustan los políticos profesionales. Les gustan los que nunca trabajaron, ni quieren trabajar.
P- ¿Es algo intrínseco a la cultura italiana?
R-Exactamente, es un problema de cultura política. O si usted prefiere, de “incultura política”
P- Pero le aceptan todo. La P3, la mafia, las casas en Cerdeña, los amoríos con muchachitas…
R- Le aceptan todo porque no hay una alternativa verdadera. Si Berlusconi no está en la cumbre del gobierno, ¿quién va a ser primer ministro?

Así pues, Berlusconi es ese espejo en el que se mira buena parte de la sociedad que le elige, la cual, en cierta manera, quiere ser como él y anhela ese tren de vida en el que todo es posible. Sus declaraciones fuera de lugar recorren los telediarios de medio mundo, pero ante él hay multitudes aplaudiendo. Berlusconi podría ser un ejemplo de “al pueblo pan y circo”.

Lo inquietante, a mi juicio, es que ese modelo puede ser exportable a otros países. Vivimos en una sociedad de Homo Videns, los medios son quienes eligen qué es noticia, a quién ponen en la portada y nos presentan constantemente modelos de conducta, de comportamiento. Así se han realizado estudios, que deberían  ponernos al borde del infarto, en los que se señalan el alto porcentaje de jóvenes de este país que quieren ser famosos, pero no en el sentido de buscar reconocimiento por la excelencia en el desarrollo de una trayectoria profesional, sino que sus referentes son  los famosos de la tele, de los realitys, es decir, aquellos que las cadenas han convertido en estrellas de quita y pon. 

Pero además, por la combinación de unos planes de educación en constante cambio, así como, por el papel de padres y docentes, se puede constatar que hay chicos de este país que con 16 años no saben cuál es la capital de Alemania, la diferencia entre un partido político o un sindicato o quien fue Pasteur. Sus ojos se abren como platos, se quedan mudos de ignorancia. Esos mismos chicos serán votantes, decidirán quienes serán sus representantes, quienes les van a gobernar. Este año, viajando por  Asia, leí en un colegio la siguiente frase: “La estupidez nos hará caer en la miseria”. Probablemente aquí nos suena antigua y la asociamos a un pasado de sociedades analfabetas que creemos superadas, donde las autoridades del pueblo eran el alcalde, el maestro, el cura y el médico. Pero nos equivocamos si dejamos de hacer hincapié en la importancia de la educación, si descuidamos el reto de formar a unos jóvenes que son el futuro. Mientras seguimos preocupados por nuestros pequeños nacionalismos, por si se enseña esto o lo otro, y en qué lengua, según quien gobierne y así sucesivamente, consentimos que la ciudadanía sea menos crítica, más ignorante y le entregue al poder un cheque en blanco.

Fue Napoleón quien ante la instauración de la libertad de placer en la Francia de finales del s. XVIII, señaló: “Los ciudadanos que centran su atención en el champán y en las salsas no conspiran”. Probablemente en muchas sociedades, y también en la española, estamos caminando hacia un tipo de sociedad del entretenimiento en detrimento de unas sociedades formadas e informadas, capaces de exigir responsabilidades a sus gobernantes. Es cuanto menos paradójico, que por ejemplo en este país, haya ministros sin estudios universitarios, mientras que en el INEM se amontonan los currículums de gente formada, muy formada. Nos equivocamos si el mensaje que mandamos es que vale con tener un carné de partido y somos también cómplices, cuando no condenamos las corruptelas, los enchufismos, el trato de favor y ese conjunto de prácticas tan instauradas que responden a la máxima de “quien no tiene un padrino no se bautiza”.  Pero a menudo, cuando nos ponemos a reflexionar, llega un partido de fútbol, otra academia que fabrica bailarines o cantantes y lo dejamos correr. Espero que la desidia y esa idea de que son otros quienes tienen cogida la sartén por el mango se puedan cambiar para que nadie se tenga que ver diciendo en el futuro aquello de por mi culpa, por mi gran culpa. 

Eva