domingo, 10 de enero de 2010

¿Vidas Low-cost?...




Viviremos peor que nuestros padres casi con total seguridad, y sin que posiblemente medie una catástrofe de por medio que justifique la marcha atrás de nuestra situación.

Somos una generación que ha tenido muchas y mejores oportunidades para formarse, para viajar y para un sin fin de cosas. Pero todo eso nos lo hemos permitido no nosotros si no sus tarjetas de crédito y sus cuentas bancarias. Irte a otra ciudad a estudiar, vivir en pisos compartidos, los Erasmus, los viajes con amigos, vivir en su casa sin pagar un duro, serían algunos ejemplos de nuestra independencia subvencionada, aunque sin negar que haya excepciones a esta regla. Interrogante, ¿Vivimos así porque queremos o porque no podemos vivir de otra manera?

Si llegada la treintena tienes un trabajo de esos que abundan y que se caracterizan por mileurismo e inestabilidad, los necesitas a ellos para avalarte ante un casero, un concesionario de coches o un banco. Esa es la realidad. Y lo que sigue es, que será difícil que con nuestros sueldos podamos llegar a crear un colchón similar para generaciones futuras, que tampoco sé cuando llegarán, porque tener un hijo es como dar un salto al vacío. Y poco a poco las redes familiares desaparecerán y el estado no podrá seguir sosteniendo su nivel de protección y seremos cada más el número de trapecistas que vagan sin red.

Pero eso sí, tenemos el futuro por delante, a menudo cuando quedo con mi grupete de amigos a tomar una caña renegamos de nuestras vidas, donde se trabajan infinitas horas por ejemplo en una consultora por mil euros y poquito, y donde abundan, y más ahora, los que están en lo que durante algún tiempo se llamo paro obrero, que ahora suena a anacronismo pero que tuvo su razón de ser cuando en medio del auge de la dialéctica de clases el paro era sólo una cuestión de obreros, desde aquí propongo que se busque el vocablo para incluir en él a la ingente masa de universitarios parados, ¿o es que en el nuevo contexto los universitarios son obreros?

Cuando ya superamos el par de cañas queremos dar un pelotazo, y no hace falta ser el tío que crea Facebook, ahí por ahí gente que hace algo aparentemente tan sencillo como una manta con mangas y se monta en el dólar, y digo dólar porque la mente despejada fue un norteamericano.

Y siguen las cañas y nos seguimos planteando interrogantes. Pero como la ingesta de alcohol no puede decirse que sea directamente proporcional a la clarividencia, al final pagamos la cuenta, nos vamos a nuestras casas de alquiler y mayoritariamente compartidas, al día siguiente nos suena el despertador a las 7 de la mañana, trabajamos hasta las 9 de la noche, empleamos el sábado en ir a Ikea para tener lo más inn en lo que al mueble de diseño se refiere, utilizamos las redes sociales para volver a quedar, y empezamos a buscar un viaje con Ryanair como insignia. Eso los mileuristas, los parados se afanan por aprender bengalí, declamar en hebreo y hacer el pino-puente sobre una mano por si es necesario para la próxima entrevista y así llegar al selecto club de los mileuristas.

En las próximas cañas intentaremos seguir con nuestra idea de conseguir crear algo nuevo, una idea que esté por pensar y salir así de esta vida de low-cost, que no sé quienes la han creado, pero que intuyo que lo han hecho para que a pesar de nuestros sueldos pensemos que las cosas van bien.

Eva

1 comentario:

  1. Low Cost? Entra en el portal que ofrece todos los servicios gratis. En especial, el que nos preocupa a los jóvenes: Pisos en alquiler y habitaciones compartidas, en todo el país:
    http://www.spainerasmus.com

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