martes, 24 de noviembre de 2009

Winners or losers y el mundo al revés...





En un mundo plagado de winners de tres al cuarto, los losers son los grandes ejércitos de las sociedades actuales, a tenor de lo que uno lee en periódicos y blogs de esos de tirada nacional. Esta filosofía de quiens ganan y quienes pierden queda bien reflejada en películas como Little Miss Sunshine, aunque por suerte aquí ganan los losers y sus pequeñas-grandes historias.

Estoy de acuerdo con el alemán Linchtenberg cuando dijo que a la gloria de los más famosos se adscribe siempre algo de la miopia de los admiradores. Leo a menudo noticias que me parecen un escándalo, y que sin embargo las escriben y publican cómo si fueran de lo más normal del mundo, y es ahí cuando creo que el mundo está al revés, o al menos así nos lo enseñan. Y lo que me preocupa es que quienes así lo presentan, son en principio, los grandes creadores de opinión pública en la sociedad. Lo que quiere decir, que trasladan a la mayoría de la gente unas ideas que al menos para mí deforman la realidad más cercana, y puede que con ello, y sólo tal vez, ayuden a distorsionar la idea que se tiene sobre los que de verdad son winners o losers.

Primero me referiré a los que nos enseñan como winners. Leo que un actor, renuncia a cinco millones de dólares por aparecer en un evento, gran palabra esta para designar todo tipo de actos variopintos al alcance de los winners, para pasar más tiempo con su familia. Resultado me quedo boquiabierta. Primero porque me cuesta encontrar la parte ética del asunto, segundo porque el tal fulano con semejante decisión es presentado por el periódico como un buen padre. Pocos días después, ya que las dos noticias las leí en el intervalo de una semana, veo a uno de nuestros grandes gurús de los fogones, diciendo que el menú del día va a desaparecer y que lo que antes era comida basura es ahora la que se sirve en bistros, que no tabernas o restaurantes, aquí encontramos otras vez la rimbonbancia de los winners, por veinte o treinta euros. Y me vuelvo a quedar pasmada. Así que ya no sólo el menú del día es para los losers, también aquellos restaurantes en los que se come por menos de treinta euros lo son. En fin leer para creer.

Y aquí llegan las legiones de loosers, los que llevan la L de pánfilos pegada a la espalda en estas sociedades dónde priman los inn, cool o cómo quieran llamarse o llamarlos. Por loosers, parece que se refieren a la gente que trabaja por mil quinientos euros al mes, que comen macarrones con tomate, salen a tomar una caña y una tapa y viajan en clase turista. Ahí es dónde yo pienso que esa es a la gente que conozco, los que creo que son más, lo que en definitiva podría considerase gente "normal".

Cuando esos periódicos publican sin ningún pudor este tipo asuntos, convertidos en noticias, por lo que hacen y dicen los winners, creo que se está perdiendo el norte. El tal fulano de los cinco millones de dólares, el buen padre, quizá lo fuese mejor, si en lugar de no cobrar ese dinero, ya que el circo está así montado, hubiese ido al evento y hubiese hecho caja. Los padres losers lo hacen a diario, ganan dinero para darle mejores oportunidades a sus hijos. Pero además el actor, podría utilizar ese dinero para ayudar a quienes lo necesitan y así además mataría dos pájaros de un tiro. De un lado conseguiría ser un filántropo, algo muy apreciado en el mundo de los winners de primera página y además, enseñaría a sus hijos nacidos en cunas de oro, que utilizar tu posición para ayudar a quienes tienen escasas oportunidades te hace mejor persona y en mi escala moral lo haría también ahora sí, más winner. En cuanto al gurú de los fogones, creo que no le vendría mal bajarse aunque fuera un rato al mundo de los loosers, donde veinte o treinta euros suponen un dineral. No me entra en la cabeza cómo se atreve a decir estas cosas en un país en el que las filas de parados constituyen ejércitos de personas a día de hoy.

Supongo que la realidad siempre es distinta dependiendo del ojo con el que se mire, pero si no estamos demasiado ciegos todos, se debería hacer algo para que estos winners de foto en el periódico dejasen de ser convertidos en ejemplo de casi nada. No me extraña que luego los niños quieran ser famosos de mayores, pero no esa fama vinculada a la excelencia, sino a la de ir de evento en evento, y comer faisán sobre cama de peras reducidas al Jérez de frambuesa de plato del día.

A mí que me gustan las pequeñas historias de gente real, sin la estúpidez de estos winners de los diarios, así que me quedo con loosers, que para mi no son perdedores, son gente anónima o conocida pero que vive su vida con honestidad y decencia. Y por último decirles a los winners, que espero que al final no les pase cómo a uno que yo conocí, que al final era tan pobre que sólo tenía dinero.

Eva

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